Irónicamente, a la Aído francesa, nacida en el Rif, no le gusta el nieto de Tebib Arrumi |
En los últimos días, se ha multiplicado el trabajo de Najat Vallaud-Belkacem, ministra francesa de los Derechos de la Mujer y portavoz del Gobierno. Ha escrito una carta al ministro de Justicia criticando la nueva ley del aborto española, que describió como “inquietante”. No es el único contacto epistolar mantenido con dirigentes de todo el mundo. Ha escrito una carta al rey de Arabia Saudí exigiendo que se reconozca algún derecho a las mujeres, al rey de Marruecos pidiéndole que las mujeres violadas no sean obligadas a casarse con sus asaltantes, al presidente de Afganistán para que prohíba el burka, al presidente de Kirguizistán protestando por el rapto de novias infantiles, al presidente de Mali para que evite que se sigan practicando mutilaciones femeninas, al presidente de Zambia protestando por la violación de escolares… La GG ha podido constatar que la señora Vallaud-Belkacem todavía tiene tiempo para ocuparse de la situación de las mujeres en Francia. O quizá no.